LA TENDINITIS ROTULIANA Y EL CICLISMO
La tendinitis rotuliana en el ciclismo. Pautas para su tratamiento y recuperación.
Cada disciplina deportiva tiene una región corporal en la que la incidencia de las lesiones es mayor. En el ciclismo, la mayoría de ellas recae en la rodilla.
La tendinitis rotuliana se caracteriza por un dolor en la zona situada entre la rótula y la parte superior-anterior de la tibia y por dificultades a la hora movilizar la rodilla. Se suele acompañar por una sensación de pérdida de fuerza en la articulación y por fuertes molestias al incorporarse tras permanecer sentado o al intentar ponerse en cuclillas (Ballesteros, 1990).
En el mundo del ciclismo, la tendinitis del tendón rotuliano es la más frecuente. Esta puede afectar al cuerpo tendinoso, que se debe en la mayoría de los casos a un sobre esfuerzo o a la inserción inferior de la rótula, debida frecuentemente a una tracción desviada porque el eje del tendón también lo esté. En el primer caso, la solución pasa por un reposo prolongado que dé lugar a su recuperación y en el segundo, una corrección de la postura del ciclista.
La causa principal de la tendinitis rotuliana en el ciclismo es la que se produce por un mal gesto en el pedaleo y que poco a poco va dañando el tendón hasta producir una inflamación del mismo a la que se conoce como micro traumatismo por repetición. Este micro traumatismo, se produce por una mala postura de la pierna del ciclista en relación con la posición del pedal de la bicicleta.
Otra posible causa puede ser debido a un mal entrenamiento o debilidad del cuádriceps ocasionando una degeneración del tendón, que en ocasiones puede llegar a la rotura de alguna de sus fibras debido a al trabajo de fortalecimiento de dicho músculo.
Otra de las causas más frecuentes tiene un origen congénito, ya que la desviación en la posición de la rótula también puede ser causa de tendinitis. En estos casos una solución bastante frecuente es la quirúrgica.
Se han descrito variedad de tratamientos tradicionales relativos a este tipo de lesión; casi todos basados en la interrupción más o menos precoz y prolongada en el tiempo de la actividad física, para no sobrecargar la zona y disminuir el dolor, evitando la cronicidad de la lesión. En este sentido, encontramos autores como Mula (2000), que reitera unas sugerencias de tratamiento, que son:
• Corregir errores del gesto deportivo (mala técnica de pedaleo)
• Corregir déficit de hidratación.
• Utilización de material deportivo correcto.
• Medicamentos antiinflamatorios no esteroides.
• Reposo deportivo.
• Aplicar bolsas de hielo para reducir la inflamación (primeras 48 – 72 horas).
• Cincha circular en la rodilla que comprime la mitad del tendón.
• Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento.
• Láser de baja frecuencia y ultrasonidos.
• Iontoforesis con dexametasona.
• Masaje descontracturante y de descarga del músculo cuadriceps.
• Masaje transverso para movilizar el tendón (masaje tipo cyriax).
• Ejercicios de musculación isométrica del cuadriceps; nunca en flexoextensión.
• Cuando la recuperación esté finalizada, regresar a los entrenamientos o actividad laboral con aplicación de calor antes de empezar, colocación de collarín compresivo debajo de la rótula y después de terminar, aplicar hielo 20 min.
• Si se cronifica la lesión, intervención quirúrgica para eliminar las adherencias que se hayan producido.
Fuente: http://www.efdeportes.com/efd142/la-tendinitis-rotuliana-en-el-ciclismo.htm